El fondo en el accidente de la alcoholera Monterrosa


Que bien, que después de la explosión en la destiladora de alcohol Del Valle que dejó un número aún no determinado de muertos, el gobernador del estado, Javier Duarte de Ochoa haya ordenado que se realice una revisión a los sistemas de seguridad, no solo de esa empresa sino que se amplíe a todo el 
estado.

Que bueno, porque seguramente después de esa revisión a los sistemas de seguridad de las empresas que operan en la entidad veracruzana, se habrán de detectar una serie de irregularidades, que hasta ahora eran desconocidas o ignoradas por las autoridades no solo estatales, sino también las federales y hasta las municipales.

Porque resulta que esa planta destiladora de alcohol, ahora se sabe, que no es la primera vez que presenta problemas en su operación, pero sin embargo, por esos extraños motivos que todos conocemos, seguía operando como si todo estuviera en orden.

Hace ya varios años, trabajadores de la misma empresa, murieron al bajar a un ducto sin los equipos y las medidas de precaución necesarias y murieron intoxicados.

La planta no cuenta con las instalaciones para que en caso de un incendio –como el que se registrara el sábado y fue apagado hasta el domingo- porque los bomberos no podían conectar sus mangueras a ninguna toma de agua, sencillamente porque no existen.

Pero en cambio, se detectaron tomas clandestinas –no reportadas ni identificadas por las autoridades competentes- en las que se “tomaban” miles de litros para su operación.

Pero tampoco pareciera que ninguna autoridad de los tres niveles de gobierno, se había percatado de su ubicación, en una zona urbana, en donde tuvieron que ser desalojados los vecinos ante el peligro de que explotara algunos de los enormes tanques de almacenamiento de alcohol, que lógicamente, podría haber ocasionado una desgracia mucho mayor.

Seguramente, que luego de la revisión –que ahora sí- habrán de realizar varias dependencias gubernamentales, empezando por Protección Civil del estado y las secretarías del Medio Ambiente, Trabajo, así como la Procuraduría Federal Protección al Ambiente y la Comisión Nacional del Agua, aparecerán más y más irregularidades, que servirán para justificar la clausura de esa planta que hasta ahora además de producir alcohol, produce peligro para los veracruzanos que tienen la desgracia de vivir alrededor.

Habrá también que estar pendientes de los resultados que debe de arrojar la investigación de los sistemas de seguridad del resto de las empresas que operan en la entidad y que representan un peligro latente para los veracruzanos y sus familias.

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