Dicen en mi pueblo, que "el buen juez por la casa empieza", esto viene al caso porque el gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa insiste en que de acuerdo con el Plan Veracruzano de Desarrollo presentado esta semana, las premisas fundamentales son orden, la transparencia y la eficacia en la recaudación y distribución, pero hasta ahora no se aplican ninguna de esas líneas rectoras.
Para comenzar, sería bueno que definiera qué es lo que entiende por cada una de esas palabras, que tanto acostumbra ahora a usar en casi todos sus discursos y que en consecuencia los funcionarios de la administración estatal y municipal, también empiezan a repetir como cotorros, sin saber ciertamente a qué se están refiriendo.
No sabemos si cuando se refiere a la palabra orden, se está refiriendo a que toda la administración actúe bajo un mismo mandato, como debería de ser, porque no es pensable que cada quien haga y deshaga de acuerdo a sus criterios o ocurrencias, como de hecho, pareciera que están operando algunos servidores públicos.
Otra de las palabras preferidas en la actual administración estatal es la de la “transparencia”, pero resulta que también en los hechos, se dice una casa y se repite hasta el cansancio y en la práctica no se cumple. Nada más basta pedir información a cualquier dependencia estatal, desde la propia oficina del gobernador hasta las secretarías y organismos descentralizados que están obligados por ley a proporcionar la información que se les solicite, para obtener como respuesta una negativa u otra cuestión, que nada tiene que ver con lo que se está pidiendo.
Según anunció el gobernador Duarte de Ochoa, se ubicará a Veracruz por encima de la media nacional en el índice de transparencia y buen gobierno, pero al menos hasta ahora, en los meses que van transcurridos de su administración, no se puede ver ninguna acción encaminada a ese propósito, pues para empezar las páginas del gobierno del estado que deben de tener determinados datos ni siquiera están actualizadas, empezando por la del ejecutivo que presenta un informe de solicitudes recibidas hasta diciembre del 2010.
Pero ninguna pregunta o respuesta que haya sido formulada en la presente administración.
Entonces, ¿cuál transparencia en el gasto? Si lo que hay es absoluta opacidad.
El otro tema toral es el de la eficiencia en la recaudación y distribución de los recursos, cuando todavía no se aclara el monto de los adeudos que dejó la pasada administración estatal que encabezó Fidel Herrera Beltrán y por lo que respecta a la distribución de los recursos, lo que se hará es tratar de tapar esos adeudos, con recursos que envíe la federación, aunque al destinarlos a cubrir o tapar los fondos “desaparecidos” se estaría incurriendo en un delito y de ninguna manera se puede hablar de finanzas sanas y ordenadas para detonar el desarrollo social que reclaman los veracruzanos.
Así que por principio habría que definir esos conceptos que de tanto utilizarlos empiezan a ser trillados, porque pareciera que en el fondo, la política estatal que se aplica es la de decir y hablar una cosa y hacer otra totalmente opuesta a lo que son el orden, la transparencia y eficacia.
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