Ya sabemos que al gobernador Javier Duarte de Ochoa no le gusta que le toquen el tema de la deuda que por más de 36 mil millones de pesos, tiene que enfrentar la administración estatal que le toca encabezar, pero si es así, para que no le traten el asunto, entonces que les ordene a sus colaboradores que mejor no abran la boca.
Porque resulta que el secretario de finanzas del estado, Tomas Ruiz declaró el otro día, tratando de separar manzanas con peras, que lo que se tienen son compromisos y obligaciones por un monto de 16 mi millones de pesos.
Eso correspondería a los recursos que supuestamente están en operación del gasto corriente, como son las obras y programas que desarrolla el gobierno del estado de Veracruz.
Pero que se sepa- hasta el momento- el gobierno del estado de Veracruz que encabeza Javier Duarte de Ochoa no ha iniciado y mucho menos está realizando ninguna obra de importancia.
A no ser el famoso banderazo de inicio de la autopista Tuxpan- Tampico, que hasta la fecha no se ha vuelto a saber nada del avance, ojala y algún tuxpeño se tomara la molestia de informarnos y enviarnos alguna foto para poder constatar cuantos kilómetros llevan ya de avance en la obra.
Pero de ahí en adelante, párenle de contar, lo que ha habido son inauguraciones y cortes de listón de calles, que por ciertos las realizan los municipios no el gobierno del estado.
Entonces, ¿en donde se están invirtiendo esos 16 mil millones en obras y servicios de las que hablaba el secretario de finanzas estatales?.
Lamentablemente, en Veracruz y en México, no tenemos una ley que obligue y castigue a los funcionarios públicos a conducirse con apego a la verdad. Por eso es que con la mayor facilidad del mundo, se ponen a hacer todo tipo de declaraciones, total no pasa nada.
Sería bueno que los señores diputados –esos que cobran cantidades millonarias al año por no hacer nada- se pusieran a trabajar y presentaran una iniciativa de ley para prohibir a los funcionarios públicos que mientan respecto a las funciones y actividades encomendadas.
Para más detalles, el delito que ya está tipificado en otros países, se llama perjurio y es castigado con la destitución y hasta con cárcel.
Ojala y no se queden esperando a que el gobernador les mande una iniciativa de ley para proceder a su aprobación, sino que tengan la imaginación y el valor para presentarla.
Castigando a funcionarios mentirosos, se podrían evitar muchos problemas, o al menos iban a pensarlo dos veces antes de decir y declarar tantas mentiras, sobre todo, porque como decían hasta hace poco “lo mejor está por venir”, eso claro, en materia de auditorías.
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