Oportuno es el llamado de atención que hicieron la presidente municipal de Xalapa, Elizabeth Morales García y la secretaria de Protección Civil del Estado, Nohemí Guzmán Lagunes durante un recorrido por las zonas de alto riesgo de la ciudad, invitando a los vecinos a desalojar sus viviendas antes de que sea demasiado tarde.
Estamos en plena temporada de lluvias que en cualquier momento se convierten en tormentas y hasta en huracanes, como los que han afectado durante los últimos años al territorio veracruzano, por eso es bueno que se advierta a quienes viven en las partes que representan peligro, para que estén alertas y en caso necesario se trasladen a un albergue.
Lamentablemente las viviendas ya están construidas en esas zonas de peligro, por lo que ahora resulta muy complicado el que las vayan a desalojar, sin tener a donde ir y lo cierto es que todavía no se puede dar viviendas a los afectados por los fenómenos meteorológicos Karl y Mattew desde el año pasado.
Que bueno que las funcionarias estatal y municipal hayan ido a caminar por las calles de la colonia Plan de Ayala para advertir a los vecinos.
Lo malo es que ambas funcionarias no fueron a recorrer el norte de la capital del estado, en los límites de Xalapa con Banderilla, enfrente de lo que es el casco de la ex hacienda de Lucas Martín, en donde no solo se hizo el cambio de uso de suelo, sino que ahora luego de que fueron derribados arboles de más de diez metros de altura, se está desgajando con maquinaria pesada un cerro –que representa un serio peligro de deslaves- en donde además se pretenden construir nuevas viviendas.
Ninguna autoridad federal, estatal o municipal, parece que se diera por enterada de las graves irregularidades que se están cometiendo con el medio ambiente y luego con los habitantes de esas viviendas que estarán en peligro permanente de sufrir deslaves.
Por ello, sería conveniente y recomendable, que si bien la presidente municipal Elizabeth Morales García y la secretaria de Protección Civil del Estado, Nohemí Guzmán Lagunes seguramente estarán muy ocupadas para atender este asunto antes de que se convierta en una desgracia, cuando menos manden a algunos de sus colaboradoras o colaboradores, para que les informen de la situación, para que no se tenga que lamentar que “después del niño ahogado, la obra será paralizada”.
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