La expresión popular de “entregar un cheque en blanco” es lo que hicieron ayer los diputados de mayoría priista en el Congreso del Estado de Veracruz, al autorizar la iniciativa del gobernador Javier Duarte de Ochoa para “la contratación de financiamiento para la reestructuración de la deuda pública vigente y de las obligaciones pendientes de pago con terceros, así como la afectación de participaciones federales del Estado, como fuente de pago a garantía de los financiamientos a contratar”.
Pero vamos tratando de decodificar que es lo que en realidad autorizaron ayer los señores diputados:
Primeramente, la contratación de financiamiento para la reestructuración de la deuda pública vigente, quiere decir que se amplían los plazos de pago con lo que también se amplían los años que tendremos que pagar los veracruzanos esa ya famosa deuda, que nadie sabe en donde se invirtió, si es que se invirtió.
Pero además del pago de la deuda publica vigente, también se destinará al pago del las obligaciones pendientes de pago con terceros, es decir, a los proveedores y contratistas a quienes no se le ha podido pagar hasta la fecha la enorme deuda.
La otra cuestión es que se van a afectar las participaciones federales, como fuente de pago a garantía delos financiamientos a contratar, aunque ya de por sí, se quejan casi todos los días que no llegan los recursos del fonden, que pareciera que es la única fuente de mantenimiento del estado no prospero de Veracruz.
Aunque en la exposición de motivos se hace referencia a la “apremiante necesidad de erogar recursos para ayudar a la población por parte del Ejecutivo Estatal, la H. LXI Legislatura del Honorable Congreso del Estado autorizó, mediante el Decreto 870, publicado en la Gaceta Oficial del Estado el 4 de octubre de 2010, la contratación de créditos hasta por la cantidad de diez mil millones de pesos, con diversas instituciones bancarias”.
Se reconoce que con dicha autorización, el Poder Ejecutivo, representado en ese entonces por Fidel Herrera Beltrán contrató operaciones crediticias, de acuerdo con las condiciones que imperaban en el mercado financiero y a la situación de urgencia prevaleciente en ese momento.
Igual que ahora, se argumenta que “los recursos obtenidos a través de los créditos fueron destinados a los sectores con mayores necesidades, como eran las comunicaciones, el sector salud, educación, vivienda, agua potable y saneamiento, entre otros. Sin embargo, dichos recursos no han sido suficientes para restablecer las condiciones en que se encontraba la población, así como la infraestructura estatal antes del acaecimiento de las contingencias descritas”.
Aunque en todas las regiones que fueron afectadas por el huracán Karl y la tormenta tropical Mathew se siguen quejando que nunca les llegaron esos apoyos y ayuda, por lo que hasta ahora sigue siendo el secreto mejor guardado, el destino que tuvieron esos diez mil millones de pesos.
Nuevamente hoy, se dice que se requieren más recursos, para destinarlos a conceptos generales, como son ayudar a los pobres, educación, salud, comunicaciones, pero no se hace pública la relación de sitios y comunidades en dónde se invertirán los recursos, simplemente se habla de pagar la deuda.
En la exposición de motivos el Ejecutivo Estatal Javier Duarte de Ochoa reconoce que el gobierno estatal, ha dejado de cumplir con los compromisos de pago inherentes a su actividad, que han generado que a la fecha existan obligaciones pendientes de pago, derivadas de la ejecución de obras, contratación de servicios y adquisición de bienes.
Esta situación ha limitado de manera muy importante el margen de maniobra y la buena marcha de la administración pública.
Otro dato interesante es que “la reestructuración de deuda pública vigente a cargo del Estado, y para hacer frente las obligaciones con terceros pendientes de pago, derivadas de la ejecución de obras, contratación de servicios y adquisición de bienes, tendrá un plazo de hasta treinta años”.
Lo que significa que los veracruzanos estaremos endeudados pagando algo que nadie sabe en donde quedó, por los próximos cinco sexenios.
Ahí está la respuesta, para quienes se preguntan ¿porqué eligió Fidel Herrera Beltrán a su secretario de finanzas, Javier Duarte de Ochoa como su sucesor?.
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