Al César lo que es del César



Por Miguel Ángel Cristiani Glez.
Muy lamentables resultan las declaraciones dominicales del arzobispo de Xalapa, Hipólito Reyes Larios, quien al parecer ya olvidó que es un representante de la iglesia católica y no un vocero oficioso del gobierno del estado.
Resulta recurrente, que cada fin de semana, cuando los reporteros que acuden a la misa de catedral entrevistan al prelado, en lugar de hablar de cuestiones de la iglesia y la fé cristiana, aprovecha los micrófonos y cámaras de los medios de comunicación, para dar línea sobre cuestiones políticas.
Para no ir muy lejos, este domingo, opinó que los cambios en el gobierno del estado veracruzano pueden deberse a muchas causas, no obstante, es un procedimiento normal que siguen las personas que tienen cargos de autoridad.
 “Cuando eres jefe de alguna institución o encargado de cualquier empresa o gobierno, ves el personal que más te convenga. Todos los que llevamos autoridad, de alguna manera tenemos que decidir por cambios, sustitución de algunas personas, en todas las instituciones es algo normal”.
 Agregó que el actual gobierno estatal ha venido funcionando con muchas limitaciones, sobre todo con el endeudamiento que le dejaron, lo cual se ha ido pagando ya que no había un buen apoyo por parte de la Federación.
“El Gobernador ha estado sacando al barco a altamar, a puerto seguro, es lo que le ha tocado hacer y, para eso, necesita los mejores hombres. Los cambios dependen de él”.
En realidad pareciera que el prelado católico ignora que en México y Veracruz vivimos un estado laico, que existe una separación entre la iglesia y el gobierno, pero además que está prohibido a los dirigentes de las iglesias tratar asuntos de la política.
Desde tiempos de don Agustín Acosta Lagunes, quien empezó a jalarse a los dirigentes de la iglesia, desde obispos y curas, construyendo y dándoles mantenimiento a las iglesias, con lo que se ganaba la simpatía de los mandos de la iglesia católica en la entidad.
Más recientemente, Fidel Herrera Beltrán no solo consintió y apapachó a los obispos y sacerdotes, que obviamente hablaban maravillas de él y su gobierno, aunque ahora tal pareciera que ya lo han olvidado, pues el arzobispo de Xalapa, Hipólito Reyes Larios en su afán de quedar bien con el actual ejecutivo estatal, Javier Duarte de Ochoa, “ha venido funcionando con muchas limitaciones, sobre todo con el endeudamiento que le dejaron, lo cual se ha ido pagando ya que no había un buen apoyo por parte de la Federación”.
Pues cuando lo nombraron vocero oficial o encargado de comunicación social del gobierno estatal, para salir a dar este tipo de declaraciones, cien por ciento políticas y que incluso han empezado a molestar a los católicos, que esperan que el arzobispo hable de temas religiosos no políticos.
Cual si se tratara de un diputado federal electo, el obispo de Xalapa declaró respecto a los resultados de los comicios electorales, que hay instituciones bien conformadas como el Instituto Federal Electoral que tienen procedimientos establecidos; sin embargo, podrían verse enriquecidas con esta experiencia.
Añadió que el Tribunal Electoral, al respaldar al IFE, por eso cualquier inconformidad que se tenga, debe ser canalizada por esas vías legales.
“Ahí es donde se va a determinar; de acusaciones a todo el mundo le hacen, no es extraño”.
Independientemente de lo que señala la Constitución General de la República respecto a la participación de las autoridades religiosas en cuestiones políticas, habría que recordarle al señor obispo, lo que dijo un cristiano hace más de dos mil años “Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.
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