Por
Miguel Angel Cristiani G.
A la
luz de la serie de irregularidades detectadas en el proceso electoral para
elegir gobernador del estado y diputados locales, resulta conveniente preguntar
qué caso tiene tener un Organismo Público Local Electoral como el OPLE
Veracruz, que significa un costoso presupuesto de mil millones de pesos, cuando
existe ya un organismo federal como lo es el Instituto Nacional Electoral, con
toda una estructura y capacidad para organizar y llevar a cabo la elección, sin
tantas fallas.
En
un principio, como parte de las reformas al sistema electoral, se dijo que los
organismos electorales locales, deberían de desaparecer, pues no tenía ninguna
razón tener dos institutos que prácticamente hacen lo mismo, pero que
representan una carga millonaria para las finanzas públicas.
Como
muestra un botón, resulta que el pasado domingo ya en pleno proceso electoral,
el OPLE tuvo la ocurrencia de que el ejército debería de resguardar la
paquetería con los votos, por lo que a esa hora, enviaron correos electrónicos
a todas las autoridades federales para pedir el auxilio en esa vital función.
Ahora
en el proceso de conteo de actas en las casillas, se descubre que hay más de
90,000 votos nulos porque los funcionarios de casilla no supieron calificarlos
y casualmente esos votos nulos pertenecen a favor del candidato de la alianza "Para
mejorar Veracruz", que encabezó Héctor Yunes Landa.
La
anulación de tantos votos se debe a la nula capacitación de los funcionarios de
casilla, a quienes el OPLE no instruyó adecuadamente y al aparecer boletas
tachadas con dos o tres opciones que eran de la alianza partidista, pero que
finalmente eran para un mismo candidato, decidieron invalidarlos, afectando de
manera drástica el resultado de toda la elección.
En
ese escenario de incapacidad para conducir el proceso electoral por parte del
OPLE de Veracruz, existen los elementos necesarios para que los partidos
políticos afectados, no solo los de la Alianza para mejorar Veracruz, demanden
pedir la anulación de la elección.
Pero
aprovechando la mala experiencia, sería conveniente que de una vez, se pida que
sea el Instituto Nacional Electoral el que se encargue de organizar y llevar a
buen fin la nueva elección.
Pancho
López el filósofo del pueblo cuestiona quienes serán los funcionarios
responsables de ese gigantesco fraude electoral, sin lugar a dudas, el mayor en
la historia del estado de Veracruz y si habrá algún castigo, o simplemente se
hará como que no pasó nada y se volteará la cara hacia otro lado.
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