Por
Miguel Angel Cristiani Glez.
Una regla no
escrita de la práctica y ejercicio de la política veracruzana, es que por lo
general, el último año de la administración, es el que sirve para dejar huella
de lo que es el gobernador en turno. Sirve para definir cómo será recordado un
mandatario, para bien o para mal.
Así ha sido y
al parecer así será también en el caso del gobernador Javier Duarte de Ochoa.
En los primeros
años de la administración estatal, según el propio estilo de gobernar de cada
cual, se la pueden llevar tranquilamente, pero el último año, el del cierre,
tienen que echar toda la carne al asador.
Hay que
recordar como por ejemplo, don Agustín Acosta Lagunes, los primeros años no
realizó casi obras ni hizo inversiones espectaculares, -se decía que hacia
inversiones financieras- pero al final del sexenio, se dedicó a inaugurar
construcciones lo mismo en la capital del estado que hasta iglesias en las
zonas serranas y el último día de su administración entregó el Museo de
Antropología de la Universidad Veracruzana.
En el pasado
reciente, en la administración de Fidel Herrera Beltrán, de muy poco sirvió
todo lo que anduvo haciendo todo su sexenio a lo largo y ancho del territorio
veracruzano, porque será recordado por los veracruzanos, como el que dejó como
legado, en los últimos días de su gobierno, la deuda más grande en la historia
de Veracruz.
Al actual
gobernador Javier Duarte de Ochoa le ha llevado todo su sexenio el cubrir las
deudas que se contrajeron en la pasada administración.
Pero de acuerdo
con lo anunciado este lunes en el tradicional “encuentro” con los medios de
comunicación en la sala de banderas de palacio de gobierno, también podrá
cerrar su administración a tambor batiente.
Primero porque
con la reestructuración de la deuda, no tendrá que pagar tantos recursos y
todavía le quedará una parte para poder salir airoso con los compromisos que se
tienen y que no se han podido solventar.
Y ahora, la
inversión multimillonaria que la federación habrá de destinar el año próximo al
estado de Veracruz, le permitirán terminar su gobierno, prácticamente dando
banderazos de inicio y terminación de obras.
No son únicamente
inversiones en infraestructura, son recursos económicos de un monto “histórico”,
de 32 mil 626 millones de pesos. Esto significa un incremento del 78.2 % con
relación a lo obtenido en este año 2015 (18,316 millones de pesos).
Al hacer el
anuncio, el gobernador Javier Duarte de Ochoa estuvo acompañado por los
legisladores y las legisladoras que integran la bancada del PRI en el Congreso
Federal.
De acuerdo con el
Presupuesto de Egresos de la Federación 2016, el presupuesto aprobado es
equivalente al 4.4% del Producto Interno Bruto Estatal, que será invertido en
infraestructura pública en Veracruz para el próximo año.
Este monto, es
parte del Presupuesto Federal total aprobado, que es de 106 mil 111 millones de
pesos para Veracruz en el próximo 2016.
Para quienes no
quieren o no pueden ver lo que es obvio, el presidente de la república Enrique
Peña Nieto le está dando el total respaldo al gobernador Javier Duarte de
Ochoa, porque sin las inversiones de la federación, está visto que es muy poco
lo que se puede hacer.
Por eso también
el gobernador Javier Duarte agradeció públicamente “al principal aliado de
Veracruz al Presidente Enrique Peña Nieto. Estos recursos federales son una muestra
más de la cercanía y del trabajo comprometido que nos une”.
Más claro, ni el
agua.
Cabe entonces
preguntar: ¿Qué significa este presupuesto para los veracruzanos?
Son obras que impulsan el desarrollo social y
la infraestructura a lo largo de todo el Estado.
Solo para
ejemplificar: en el ejercicio 2015, por cada peso aportado en inversión pública
por el Gobierno del Estado, la Federación aportó 2; para el Presupuesto de
Egresos de 2016, se logró una inversión impulsada de 10 a 1, lo que significa
que por cada peso aportado por parte del Gobierno de Veracruz, la Federación
invertirá 10 pesos.
Estos recursos
son fundamentales para seguir cambiando el rostro de Veracruz.
Responden a una
visión de largo plazo para potenciar el desarrollo económico y lograr el
crecimiento sostenido y sustentable, con el que nos comprometimos.
Lo hacemos, aprovechando los beneficios de las
reformas estructurales, principalmente a partir de los sectores, energético, de
comunicaciones, de inversiones y desarrollo portuario.
Estos
32 mil 626 millones de pesos, responden a una estrategia de asignación de
recursos distribuidos a lo largo del Estado.
Menciono tan sólo
algunas de las principales obras que se llevarán a cabo en los próximos meses:
Se
invertirán 14,310.8 millones de pesos en apoyo a los proyectos estratégicos,
que representan el 43.9% del total, entre los que destacan:
Obras
de Ampliación del Puerto de Veracruz por 1,668.1 millones de pesos.
Modernización de
la Carretera Tuxpan-Tamiahua, por un monto de 105 millones de pesos.
Construcción de
la carretera Tempoal-Pochuco-Corozal por 47.7 millones de pesos.
Construcciones en
la Heroica Escuela Naval Militar por 148 millones de pesos.
Obras de
ampliación en el Puerto de Coatzacoalcos por 538 millones de pesos.
Modernización de
los tramos carreteros San Andrés Tuxtla-Catemaco y
Cosoleacaque-Jáltipan-Acayucan por 500 millones de pesos.
Entronque Allende
–Entronque Nuevo Teapa, por 180 millones de pesos.
Libramiento
ferroviario en Veracruz, en el tramo conocido como Santa Fe, por 132 millones
de pesos.
Así las cosas, el
año entrante, es decir, en unos cuantos días, a partir de enero, empezarán a
llegar recursos millonarios como nunca antes se ha visto, para reactivar la
economía de los veracruzanos.
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