Por Miguel Angel Cristiani G.
Entre las primeras acciones que deberá realizar el nuevo
Coordinador General de Comunicación Social del Gobierno del Estado de Veracruz,
Alberto Silva Ramos destacan dos fundamentales: realizar una auditoria de los
tres años de la administración de esa dependencia bajo el mando de Georgina Domínguez Colío y empezar a tender puentes de comunicación con los periodistas
y reporteros que han sido agraviados desde el poder de esa oficina.
Por elemental principio de orden administrativo, quien llega
a una dependencia donde se manejan recursos millonarios –bajo secreto de estado
y en absoluta discrecionalidad- debe de conocer la forma en que se estaban
repartiendo esos billetes, que hasta ahora no han logrado cumplir su propósito
fundamental.
Pero además, se podrá conocer cómo es posible que apenas
hace tres años, la que fuera modesta reportera haya logrado transformarse en
una próspera y millonaria empresaria, dueña de restaurantes, tienda de regalos,
salón social, centro spa de masajes, y según versiones periodísticas, hasta de
un periódico diario en la capital del estado.
No se trata de una auditoria tradicional –que no arrojaría
ninguna luz- si únicamente se limitan a revisar que las facturas y los montos
de los “servicios” pagados coincidan, sería recomendable “platicar” off de récord con los propios empleados de base de la Coordinación General de
Comunicación Social, los que ya llevan muchos años y están asombrados de la trapacería con que se actuó recientemente.
Para muestra un detalle, el restaurante llamado La Cueva del
Dragón Rojo, se convirtió de buenas a primeras, en el proveedor oficial no solo
de los eventos de la Coordinación General de Comunicación Social, sino
aprovechando su posición privilegiada, se surtía también de pasteles y
bocadillos a todas las otras dependencias de palacio de gobierno.
Con la circunstancia, de que se tenía que pagar –igual que
los 25 millones de pesos que se enviaron al aeropuerto de Toluca- por
adelantado y en efectivo, antes de empezar a servir.
En otro de los rubros del corporativo, todos los presentes
que se entregaban a visitantes distinguidos, eran adquiridos casualmente en la
misma tienda, pero lo grave del asunto es que por poner un ejemplo -que pude
ser verificado con las facturas- un rebozo era vendido y cobrado por un monto
de 30 mil pesos.
Con ese dinero, se podrían haber comprado dos boletos de
avión a España y poder traer una mantilla de la madre patria.
El otro aspecto que se deberá atender, son los agravios con
que se venía tratando a los periodistas veracruzanos, muchos de los cuales eran
despedidos de sus trabajos, luego de una “misteriosa” llamada pidiendo su
destitución, por haber hecho o dicho algo que no le agradó a la santa señora.
Tendrá el nuevo Coordinador de Comunicación Social, Alberto
Silva Ramos que abrir nuevamente sus puertas a todos los periodistas,
reporteros y fotógrafos, que durante los tres años de la Ginocracia, se
mantuvieron cerradas, porque ella únicamente recibía sus amigos texto
servidores.
En fin, habrá que esperar a ver si Alberto Silva Ramos llega
a la Coordinación de Comunicación Social para operar y trabajar con los
periodistas veracruzanos o simplemente a ocupar un espacio, en espera de que
como decía la propaganda electoral: ya vendrán mejores tiempos.
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