Por Miguel Angel
Cristiani G.
Ahora que se ha
puesto de moda en la agenda veracruzana el tema de transparentar las
licitaciones, sería muy saludable que también se hiciera lo mismo con la de los
famosos verificentros, que de acuerdo con las reformas a la legislación en
vigor, deben de contar con determinadas características y equipos, lo que los
hace inaccesibles para la mayoría de los negocios existentes, hasta hace poco
tiempo, ya que en su mayoría han tenido que cerrar, dejando el negocio para
unos cuantos.
Porque resulta que la mayoría de los
verificentros que venían funcionando tuvieron que cerrar o van a tener que
hacerlo, al no poder contar con la infraestructura y tecnología computarizada
que se les está exigiendo ahora.
En el puerto de
Veracruz, ya se han manifestado los dueños de verificentros antiguos, porque
aseguran que los nuevos, con todo y sus equipos no han sido calibrados -como
debería de ser- por una dependencia nacional y que en consecuencia son un
fraude porque están cobrando por un servicio que en realidad no están
cumpliendo.
Los taxistas del
puerto, en voz de sus dirigentes, también han manifestado ya su inconformidad
en contra de los verificentros, por considerar que las nuevas tarifas son más
caras.
Aquí en la capital
del estado, un taxista con quien platicamos sobre el tema, considera que serán
cerca de cien los verificentros que habrán de cerrar, por no estar en
condiciones de funcionar con los nuevos requisitos.
En contraste con el
número de verificentros que han tenido que cerrar, únicamente han abierto tres
o cuatro, que son los que ahora tienen el control del mercado y del negocio, lo
que al final de cuentas parecería ser el propósito, detrás de la famosa
modernización.
Porque, además,
según nos comentó el taxista xalapeño, hace unos días, un pasajero llevó su automóvil
a uno de esos nuevos verificentros, no pasó su vehículo la verificación porque
al parecer tenía el escape muy ancho, pero le cobraron igual por el servicio.
Entonces lo llevó a
otro verificentro, en donde le recomendaron ponerle una estopa en el escape y
de esa manera pudo dar los parámetros para aprobar la verificación, así de
sencillo.
Pero al igual que
ocurrió hace unos días, en que el diputado Ricardo Ahued Bardauil se negó a
votar en favor de la creación de la licencia permanente, por considerar que no
existía transparencia en la licitación de esa concesión millonaria, también en
el caso de los verificentros -que es otro negocito millonario- se debería de
transparentar el proceso de licitación, para conocer las empresas participantes
y quienes son los que quedaron como empresarios prósperos.
Para empezar, se podría
dar a conocer la lista de los nuevos verificentros autorizados y los nombres de
los empresarios que resultaron beneficiados.
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