Por Miguel Angel
Cristiani G.
Más allá del impacto de
la noticia de la explosión en la planta de Mexichem en el complejo petroquímico
de Pajaritos en Coatzacoalcos, que hasta este viernes había dejado un saldo de
24 muertos, 13 trabajadores hospitalizados reportados como graves y un número
no determinado de desaparecidos, habría que empezar a poner la atención en las
causas del siniestro que enlutó a los hogares de los veracruzanos en el sur.
La desgracia -como suele
suceder- exhibió una serie de hechos que no deben de dejarse pasar como desapercibidos
por las autoridades.
Lo primero es que -como
ya prometió el Presidente Enrique Peña Nieto- la Procuraduría General de la
República lleve a cabo una amplia investigación, para determinar no solo las
causas de la explosión, sino de los posibles responsables.
Ojalá y no vayan a salir
al final de cuentas, con que se trató de un error humano, como se acostumbra
hacer cuando no se quieren fincar responsabilidades.
Porque de acuerdo con las
versiones publicadas en las redes sociales, los familiares de los trabajadores
desaparecidos, aseguran que la fuga de los productos químicos, tenía ya más de
una semana, entonces habría que cuestionar porque se permitió que siguieran
operando la planta, como si nada pasara.
Otro hecho lamentable, es
que al parecer, en ese importante complejo petroquímico, en donde concurren
cientos de trabajadores, no se contaba con un Plan de Emergencias, para atender
de manera apropiada un siniestro como el que se presentó.
En las imágenes transmitidas
por todos los medios de comunicación, nunca se escucha que se active alguna
alarma o alerta para que los trabajadores abandonen sus puestos y se retiren de
la planta. Una cuestión elemental. Son los propios obreros quienes van gritando
a sus compañeros para que corran y salven sus vidas.
Otro de los puntos es el
tema de la información a los familiares de los trabajadores muertos, heridos o
desaparecidos, que al drama de no saber de sus seres queridos, tienen que
enfrentar el de la falta de comunicación efectiva, tienen que andar por
hospitales y haciendo guardia frente a la planta de Mexichem, en espera de que
alguien les brinde algún dato.
El hecho de que en un principio
se hablara de tan solo 3 muertos, es otro factor que ante la magnitud del
evento, tiene que despertar la desconfianza ante las autoridades, que pareciera
que tratan de minimizar el hecho.
Se supone que la planta
tiene la lista de trabajadores que se encontraban laborando en ese turno, por
lo que habría que confrontarla con los familiares que angustiados piden que se
confirme si se encuentran desaparecidos.
No basta con que el
mismísimo presidente de la república Enrique Peña Nieto venga al lugar del
accidente, para hablar con algunos de los familiares y ofrecerles -como
siempre- todo el apoyo, cuando en los hechos, en la dramática realidad que
están viviendo, no cuentan con lo más elemental que es la información veraz.
Existen responsables de
todo esto, habrá que esperar para ver si en verdad se va a investigar hasta sus
últimas consecuencias, para sancionar a los culpables y tomar las medidas
necesarias para evitar que como dicen en mi pueblo, después del niño ahogado
tapen el pozo.
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