Los tambores de las tribus electorales del PRD han empezado a sonar en la loma de la rectoría de la Universidad Veracruzana, en donde grupos internos se preparan para la salida del rector Raúl Arias Lobillo, quien habría de ir a ocupar una senaduría representando al estado de Veracruz.
Los sonidos no todos los pueden escuchar, pero hay quienes incluso lo pueden ver:
La nominación del actual rector como senador, sería una salida “honorable”, pues aunque públicamente, en los discursos y ceremonias, se dice lo contrario, el funcionario universitario dejó de ser agradable, es decir calló de la gracia, de quien manda en Veracruz, incluyendo la máxima casa de estudios.
Arias Lobillo habría marcado su destino, luego de que pintó raya, al publicar un desplegado –demostrando su falta de trato político- en una plana, en los principales diarios en el estado de Veracruz, exigiendo justicia en el caso de un maestro asesinado y convocando además a una marcha por las calles de la capital para protestar por el hecho.
Aparentemente de nada sirvió la llamada desde palacio de gobierno, ni que el procurador de justicia Reynaldo Escobar Pérez, fuera a la rectoría para entrevistarse con Arias Lobillo y tratara de hacerlo entrar en razón.
Al día siguiente, Arias Lobillo se unió el grupo de jóvenes que marcharon desde la Unidad de Humanidades hasta la plaza Lerdo.
Por eso no es casualidad, que la vicerrectora de la Universidad Veracruzana en el puerto de Veracruz Liliana Betancourt Trevedhan haya estado en el presídium de los invitados de honor en la pasada gira del Presidente Felipe Calderón al puerto de Veracruz. Algunos se preguntan porque no estuvo ahí el rector en lugar de la vice rectora. Hay quienes responden –que para no variar- se encontraba de gira en el extranjero, pero también hay quienes aseguran que no fue invitado y cómo va a ir a donde no lo llaman, menos cuando el estado mayor presidencial checa rigurosamente la lista de invitados.
Otro hecho indiscutible, es que la hasta hoy vice rectora Liliana Betancourt Trevedhan ha hecho un buen trabajo en esa posición, tiene pues, el apoyo de quien manda y de las bases académicas, que reconocen su capacidad y desempeño.
Así las cosas, los tambores de las tribus están sonando, la lucha se habrá de dar luego de que se elija al nuevo comité estatal del PRD, cuando se nombre a los candidatos al senado y a las diputaciones que se darán el año entrante.
El próximo rector o mejor dicho, la rectora habrá de salir entre los clanes más importantes dentro de la máxima casa de estudios, que se encuentran en Xalapa y en el puerto de Veracruz.
Por lo pronto, en la loma de rectoría, se pretende dejar a un príncipe heredero, como ocurrió la vez anterior –pero hoy las condiciones y el que manda es otro- en tanto que en el puerto, Liliana Betacourt Traven a la vice nada más falta que le quiten el prefijo para que quede con el nombramiento de “rectora”, ella sigue trabajando sumando puntos entre la comunidad universitaria y ante quien al final de cuentas –en el momento de la decisión- habrá de tener la última palabra.
Los tambores por la lucha por la rectoría ya están sonando, aunque no todos los alcancen a escuchar… todavía.
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