Por Miguel Angel Cristiani G. Una historia navideña, para despedir el año 2013, es la que me sucedió cuando acababa de sentarme en el camión urbano, por la ventanilla vi entonces a una mujer que estaba parada en el marco de la puerta de un negocio, repartía volantes a los transeúntes, seguramente del mismo negocio, pero lo que me llamó la atención y es lo relevante, era el entusiasmo y alegría con que realizaba su trabajo. En cuanto alguien se acercaba caminando por la banqueta – a todos sin excepción- les ofrecía además del papel con la publicidad, una franca sonrisa. Una y otra vez, igual para todos. La mayoría de las personas, pasaba de largo, sin ni siquiera voltear la cara a mirarla, sin recibir el pepel ni la sonrisa. Pero ella pareciera que estuviera iniciando su jornada, con gran entusiasmo, le ofrecía su volante a todos los que pasaban. Me llamó la atención, además del entusiasmo y la dedicación con que hacía su trabajo, porque ad...
Periodismo de análisis en Veracruz, México