Al inicio de una nueva administración, siempre por lo general se habla de establecer cambios –supuestamente para beneficiar a los gobernados- aunque al poco tiempo, luego de anunciar medidas espectaculares, se vuelve a caer en lo mismo, lo que ha servido para acuñar una frase que en ciencias políticas se conoce como Gatopardismo.
Es así, que en el caso de la recién instalada administración municipal que encabeza la presidente Elizabeth Morales bien merece que se le denomine como una gatopardista, ya que después de haber anunciado que no se permitirían más anuncios en espacios públicos que solo sirven para ensuciar la imagen urbana, incluso se sacó un acuerdo del cabildo en pleno para establecer los nuevos lineamientos, ahora vemos que en el fondo del asunto, al parecer solo se trató de quitar los que están para poner los que nos convienen.
Nadie podría haber criticado el que se retiraran de la vía pública, en postes, parques, andadores y puentes peatonales, los anuncios de toda clase de eventos y negocios que lo único que hacen en manchar la imagen de la ciudad capital.
Tenemos que reconocer, que efectivamente se han retirado gran parte de esos anuncios, aunque todavía quedan algunos de espectáculos de lucha libre, baile y presentaciones de grupos musicales.
Efectivamente, las principales avenidas lucen ya sin tantos carteles y espectaculares.
Pero ahora resulta, que se han empezado a cambiar los anuncios, simplemente por los de otras compañías, principalmente de empresas telefónicas.
Lo que resulta más alarmante, es que sobre algunos de los llamados puentes peatonales a lo largo de la avenida Lázaro Cárdenas, ahora se están construyendo estructuras metálicas –que esperemos resistan la temporada de vientos y lluvias, sin que se vengan al suelo- en donde seguramente se van a colocar nuevos anuncios comerciales.
"Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie". Se vogliamo che tutto rimanga come è, bisogna che tutto cambi", esta conocidísima frase simboliza la capacidad de los sicilianos para adaptarse a lo largo de la historia a los distintos pueblos que han gobernado esta hermosa isla, pero también la intención de la aristocracia de aceptar la revolución para poder perpetuarse.
El "gatopardismo" o lo "lampedusiano" es en ciencias políticas el "cambiar todo para que nada cambie", paradoja expuesta en la novela "El gatopardo", del escritor italiano Giuseppe Tomasi di Lampedusa (1896-1957). La cita original expresa la siguiente contradicción aparente:
"Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie".
"¿Y ahora qué sucederá? ¡Bah! Tratativas pespunteadas de tiroteos inocuos, y, después, todo será igual pese a que todo habrá cambiado".
"…una de esas batallas que se libran para que todo siga como está".
Desde entonces, en ciencias políticas se suele llamar "gatopardista" o "lampedusiano" al político, reformista o revolucionario que cede o reforma una parte de las estructuras para conservar el todo sin que nada cambie realmente.
Así las cosas, bien puede calificarse a la actual administración municipal en la capital del estado de Veracruz, como gatopardista, es decir, que anuncia y ejecuta acciones espectaculares, para que todo cambie, pero al final de cuentas todo siga igual.
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