Por Miguel Angel Cristiani G.
Comienza
este jueves el llamado equinoccio de primavera, a las 10:45 horas, en las
principales zonas arqueológicas del país, se reunirán miles de personas, como
cada año, para aprovechar que el sol se encuentra en el punto más cercano a la
tierra, para cargas sus energías con los rayos solares. Pero también es el
inicio de la Cumbre Tajín 2014, que durante cuatro días y sus noches, ofrecerá
la oportunidad de celebrar lo que ha sido denominado como “La revelación de lo
posible”.
En
esta ocasión, también se festejan los 15 años del festival, que a lo largo de
este tiempo, se ha logrado colocar como el más importante en su género a nivel
nacional y ser un atractivo para el turismo internacional.
La
sola zona arqueológica de El Tajín, declarada patrimonio universal de la
Humanidad por la UNESCO en 1999, ya es en sí un atractivo suficiente, para
acudir al festival de la identidad del pueblo totonaca, pero adicionalmente se
puede disfrutar el espectáculo de luz y sonido que se presenta todas las noches
durante los cuatro días de la celebración.
Pero
además se tienen más de cinco mil actividades culturales del pueblo totonaca y
de otras partes del país y del extranjero en el parque Takilhsukut, ubicado estratégicamente fuera de la zona arqueológica, en donde se puede conocer,
vivir y disfrutar de la cultura totonaca.
El
Tajín es un pueblo mágico, desde hace más de seiscientos años, según los
estudios realizados por los arqueólogo y antropólogos, era un centro de
reunión, es decir –que igual que ocurre ahora- cada determinado tiempo, se
reunían en ese ciudad, para realizar celebraciones y ritos.
El
Tajín llegó a albergar entre 5 000 y 20 000 habitantes. Su centro urbano estaba
conformado por un conjunto monumental de pirámides, 17 juegos de pelota y
palacios que ocuparon el 10 por ciento de su superficie. En ese centro urbano
se llevaban a cabo grandes rituales y demás acontecimientos colectivos que
permitían a la comunidad congregarse y reconocerse a sí misma.
La
pieza más representativa de El Tajín, lo es sin lugar a dudas la Pirámide de
los Nichos, que forma parte de la cultura de un gran dualismo, con sus 365 nichos, lo que es arriba
es abajo, las grecas que se repiten en toda la ciudad y una forma diferentes de
apreciar y vivir la naturaleza.
Por
lo pronto, mañana comienza la décima quinta edición del Festival Cumbre Tajín
es el tiempo de La Revelación de lo Posible, de hacer florecer el don para que
de la palabra broten los tonos, los aromas y las texturas de la primavera
espiritual que protagonizan los pueblos indígenas, con la civilización Totonaca
al frente.
La
Revelación de lo Posible también es la confirmación de un relevo generacional:
en los niños se encuentra la semilla de la identidad, ellos son el cuerpo y la
voz que echarán nuevas raíces, la historia y la memoria que viajan para
germinar en nuevos territorios y nuevos tiempos, la conciencia de la
naturaleza, el despertar de nuevas miradas vitales.
Cumbre
Tajín 2014 es un jardín en el que se revelarán las realidades posibles y se
compartirá con el mundo la bondad, la luz, la sabiduría y el arte. Aquí, la
cultura Totonaca recibe el equinoccio de primavera para revelarle al mundo los
secretos de la permanencia respetuosa del ecosistema.
Ya
se escuchan retumbar los tamborcillos y las flautas, que anuncian el comienzo
de la Cumbre Tajín 2014, que hará posible, la revelación de lo posible.
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