Por Miguel Angel Cristiani G.
Mucho se ha hablado de que la ampliación del puerto de
Veracruz, que se espera quede terminado dentro de 18 a 24 meses, es decir
todavía faltan dos años, habrá de crear un sinnúmero de fuentes de empleos que
tanta falta hacen, pero lo cierto es que hoy en día, se encuentra operando al
máximo de su capacidad, saturado por el considerable aumento que se ha
registrado en el movimiento de distintas cargas.
Para tener una mejor idea de lo que representa el
congestionamiento portuario de Veracruz, hay que apuntar que el crecimiento que
se registra en la actualidad -a un ritmo del 2.5 dígitos en toneladas de carga
en contenedores- como no ocurría desde hace cuando menos una década.
Sin embargo, esa bonanza en el movimiento de carga del
puerto de Veracruz que dirige Juan Ignacio Fernández ha provocado que los
muelles y patios comiencen a estar atascados de mercancías que han llegado en
una gran cantidad de buques.
Por eso es que ahora se pueden observar desde el malecón, entre
10 y 20 barcos fondeados haciendo cola para poder entrar a un muelle y esos
cuesta muchos millones de pesos al día.
Como todavía está remota la fecha en que empezarán a poder
llegar los barcos al nuevo puerto, que se construye en la Bahía de Vergara, el
tema del congestionamiento ya preocupa a las autoridades de la Administración
Portuaria Integral de Veracruz (APIVER).
Entre enero y mayo, se manejó un total de 4 millones 504 mil
913 toneladas en carga contenerizada, incluidos los movimientos de transbordo
de contenedores hacia puertos regionales.
Lo anterior representa un crecimiento de 24.5% en estos
primeros cinco meses del año, respecto del mismo periodo de 2016, cuando
registró un total de tres millones 617 mil 737 toneladas de carga
contenerizada.
Dichos volúmenes, medidos en contenedores o cajas metálicas
de 20 pies, en el mismo lapso enero-mayo, sumaron un total de 435 mil 890 TEUs,
es decir un incremento de 15%, con relación al mismo periodo de 2016.
Los dos principales operadores beneficiados de estas cifras
nunca antes vistas en Veracruz, son las terminales especializadas: la de
contenedores ICAVE, que dirige Jorge Lecona (el mismo de Hutchison Ports, de
Lázaro Cárdenas) y el maniobrista de carga general CICE, que encabeza Leoncio
Pérez.
Pero además, los agentes navieros advierten que todavía lo
bueno está por comenzar, porque en la temporada alta, a partir de agosto y
hasta el mes de noviembre, los grandes almacenes y comercios del centro del
Valle de México empiezan a recibir sus pedidos para llenar sus bodegas de
mercancías para las fiestas decembrinas.
Para entonces las navieras deberán contar con muelles
reservados en Veracruz, por ello ahora muchas creen que la capacidad instalada
no será suficiente, mientras la capacidad dinámica de desalojo, dependerá de la
suma de eficiencias en la cadena de la carga, hecho del que debería estarse
ocupando la Coordinación General de Puertos, a cargo de Guillermo Ruiz de
Teresa, pues aunque hay puertos en el Golfo que tienen capacidad ociosa para
carga contenerizada, como Tampico o Tuxpan, el primero por temas de inseguridad
en el transporte de carga y el segundo por ausencia de conectividad
ferroviaria, aún no están en el radar de las navieras como opción, con todo y
que el último tiene una conexión directa con el Valle de México y el Bajío por la
nueva autopista.
Todo esto es un asunto de planeación portuaria, que las
autoridades deberán de atender, más que difundir promocionales en la
televisión, asegurando que el crecimiento del puerto de Veracruz, habrá de
generar muchísimos empleos, cuando el destino nos alcance.
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