Por
Miguel Angel Cristiani Gonzalez
Ahora
que nos encontramos en pleno proceso electoral, es necesario apuntar que la falta
de transparencia en los partidos políticos, es lo que ha generado una gran
desconfianza de la sociedad hacia sus gobiernos y representantes populares, por
eso es que los institutos políticos deben rendir cuentas claras y veraces a la
sociedad.
No
solamente deberían de rendir cuentas claras sobre el uso de los recursos
públicos, también deberían de transparentar sus procesos internos para la
designación de candidatos, entre muchos otros temas que permanecen en la opacidad
absoluta.
Porque
además de los candidatos “chapulines” que saltan de un partido a otro, sin importar
sus elementales principios básicos, no deberían de poder ser postulados, sin
tener una militancia mínima de varios años.
Como
no existen cuadros capacitados para ocupar los cargos de representación
popular, pues se recurren a los familiares, amigos y amiguitas, que de la noche
a la mañana, aparecen en las listas de candidatos.
En
cuanto a la transparencia de su información, se supone que de acuerdo con la
ley, todos los partidos políticos son ahora sujetos obligados, por considerarse
entes que reciben y ejercen recursos públicos, mismos que deben darse a conocer
ante la sociedad.
La
transparencia ayuda a fortalecer los valores democráticos y a generar confianza
en sus instituciones. Lo contrario, la opacidad, camina por el sendero de la
corrupción.
En
el caso de los partidos políticos se debe analizar la información que publican acerca
de quiénes son (historia del partido y sus ideas y valores), su gobierno (acta
fundacional, estatutos y código ético), su estructura directiva (organigrama,
perfil de los directivos y los órganos y competencias), las personas que lo
forman (nombre y perfil de los cargos, la declaración de sus bienes y las
retribuciones salariales), los afiliados (el número, sus derechos y
obligaciones y los canales de comunicación), el programa (posicionamiento sobre
los temas clave y la persona responsable), el cumplimiento de las promesas
electorales (informe de gestión, propuestas realizadas e informe de
cumplimiento) y la información económica (balance y cuenta de resultados,
memoria explicativa, desglose de gastos e ingresos, informe de auditoría,
préstamos y créditos e informe del Tribunal de Cuentas).
Respecto
a las fundaciones políticas, que han proliferado exponencialmente, se tendrá en
cuenta la información que publican en la página web sobre sus datos de
contacto, su misión, la descripción de sus actividades, sus beneficiarios y
resultados, la estructura directiva, el patronato (identificación, perfil y
cargos), el gobierno (estatutos y código de buen gobierno) y la información
económica (estados financieros, memoria general, auditoría externa, e informe
del Tribunal de Cuentas).
Pero
hasta ahora, en la práctica de la transparencia, ha sido solamente en el
discurso y en la ley, que como en tantos otros temas, no se cumple.
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