No encontraron nada

Con la aprobación del Congreso local del dictamen de la Comisión de Vigilancia sobre el informe de resultados emitidos por el Orfis, respecto a las auditorias que debieron ser practicadas a la cuenta pública del ejercicio fiscal 2010, el último de la administración de Fidel Herrera Beltrán, quedará como caso cerrado, ya que ni en organismo revisor ni en la cámara de diputados, encontraron ninguna irregularidad, así es, no encontraron nada.

Por su parte, también el contralor general del estado, Iván López Fernández declaró la semana pasada que el gobierno de Javier Duarte de Ochoa no planea iniciar una investigación sobre el manejo de recursos públicos durante el gobierno de Fidel Herrera Beltrán.

El titular de la Contraloría General del estado declaró que “no es necesaria una investigación más profunda, debido a que en la revisión del proceso de entrega-recepción no hubo irregularidades”.

Con la declaración de los diputados de que no se encontró nada, ninguna irregularidad que perseguir y castigar, se estaría demostrando –una vez más- que ni el Orfis, ni la comisión de vigilancia y la misma Contraloría estatal sirven también para nada.

Quiere decir entonces que no hubo ninguna irregularidad en la contratación de deuda, llamada bursatilización, cuyos recursos nadie sabe a dónde fueron a parar.

Tampoco se encontraron irregularidades en el ejercicio del impuesto del 2 por ciento a la nómina, destinado a la construcción de obras, que nunca se realizaron.

Tampoco se encontraron irregularidades en la aplicación de los recursos del Fonden para atender a los damnificados, que todavía hoy, a casi dos años de distancia, siguen esperando una respuesta a sus daños patrimoniales.

Como es posible que el IPE no tenga recursos para poder pagar las pensiones, cuando incluso se modificó la ley, para poder tener más recursos económicos.

Entonces, si se hizo un correcto manejo de los recursos, como es posible que todavía no se hayan pagado y cubierto compromisos adquiridos desde la pasada administración.

Dicen en mi pueblo que tanto peca, el que mata la vaca como el que le agarra la pata.

Aquí sería, tanto peca el que desvía recursos como el que lo encubre o protege.

Se ha repetido en reiteradas ocasiones, que el primer año de la administración actual, no se hicieron obras porque se estaba poniendo orden –reconociendo implícitamente que había un desbarajuste administrativo- y ahora se nos sale a decir que no hubo nada, que todo estaba perfecto y que aquí no ha pasado nada.

Entonces en qué quedamos, porque a todas luces, alguien está mintiendo.

Por lo pronto, se confirma, una vez más, que el Orfis es un pesado organismo burocrático, que no sirve para detectar ni un elefante putrefacto, mucho menos una serie de irregularidades, que son públicas y notorias, por lo que no justifica de ninguna manera, los millones de pesos que cuesta al pueblo veracruzano, una estructura burocrática que no sirve, esa sí, para nada.

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