Primero fue el presidente de la república Vicente Fox y luego más recientemente Felipe Calderón, quienes le hicieron el feo a la tradicional celebración de hoy 6 de enero, en que se venía festejando la promulgación de la Ley Agraria en el puerto de Veracruz por don Venustiano Carranza.
Lo que en tiempos del PRI era una fiesta nacional, en las administraciones panistas fue minimizado y prácticamente se pretendió borrarlo en la agenda política nacional.
La celebración de la promulgación de la llamada Ley Agraria, el 6 de enero de 1915 por don Venustiano Carranza, en la que se establecieron derechos para proteger y apoyar a los campesinos mexicanos, pareciera estar condenada al olvido, ya que nuevamente, ahora el precandidato presidencial por el PRI Enrique Peña Nieto decidió de última hora, cancelar su asistencia al evento, con lo que lógicamente también bajó el interés por el mismo.
Quedaron para la historia, los tiempos en que la celebración del 6 de enero era un acontecimiento nacional, que encabezada por el presidente de la república en turno, convocaba a toda la clase política, los secretarios de estado, gobernadores, senadores, diputados, presidentes municipales, líderes de organizaciones campesinas y naturalmente miles de acarreados, llenaban todo el malecón del paseo, frente a la estatua del Presidente Carranza.
La celebración era momento propicio para que las autoridades dieran a conocer cifras espectaculares de apoyo a los campesinos y por su parte, los dirigentes manifestaran su reconocimiento a la política agraria del mandatario y de pasada le dieran a conocer sus siempre justas demandas.
El evento, la fiesta, era periodísticamente también todo un acontecimiento, se montaba una enorme sala de prensa en el Hotel Emporio, con 200 máquinas de escribir manuales, a donde llegaban los enviados especiales de prácticamente todos los medios de comunicación más importantes del país, quienes daban cátedra en la elaboración no solo de las notas de color e informativas, sino también las principales columnas políticas eran redactadas desde ese lugar.
El 6 de enero, era una pasarela política, en donde también venían los aspirantes a llegar a la presidencia de la república, como fue el caso de Alfredo B. Bonfil entonces líder del sector campesino del PRI quien en su discurso ante el presidente Luis Echeverría –quien se rumoraba ya lo tenía en la manga para nombrarlo su sucesor- dijo que “este país se incendia o se apaga ante una palabra del presidente” lamentablemente murió en un accidente aéreo nunca aclarado, cuando su avión explotó minutos después de haber salido del aeropuerto de Veracruz.
En fin, que hoy 6 de enero, más que una celebración nacional, vivimos una nostalgia de lo que fue una importante fiesta política.
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