Todavía no terminaban de limpiar los daños al medio ambiente ocasionados por el derrame de petróleo en el sur del estado de Veracruz, en las márgenes del río Coatzacoalcos, cuando nuevamente se vuelve a registrar otra fuga de hidrocarburos, ahora en el norte de la entidad en el municipio de Álamo en donde habitantes de 6 comunidades tuvieron que ser desalojados.
Afortunadamente, en ninguno de los dos derrames de hidrocarburos hubo que lamentar pérdidas de vidas humanas, pero si los daños a la ecología, la flora y fauna del río y hasta las playas de Coatzacoalcos a donde llegó la mancha negra.
Estos dos derrames de petróleo, vienen a poner de manifiesto el hecho de que cada vez con mayor frecuencia se están registrando esos derrames, que aunque se dice que son originados por los llamados “chupaductos” que se dedican a robar el combustible, lo cierto es que tampoco sabemos si es cierto en realidad, o se debe a la falta de mantenimiento en los ductos que corren a lo largo de prácticamente todo el estado de Veracruz.
De cualquier manera, ya sea por la actividad de delincuentes que se dedican a ordeñar las líneas de conducción del llamado oro negro, o por falta de mantenimiento de los ductos, algo tendrán que hacer las autoridades competentes.
Por lo pronto, la Secretaría del Medio Ambiente, ya ha anunciado que dentro de un mes aproximadamente, tendrá el monto de la multa que se aplicará a PEMEX por los daños ocasionados en aguas, animales y vegetación en el sur de la entidad, lo que también resultaría indicativo de que la paraestatal tiene responsabilidad en esos derrames.
¿Por qué finalmente, quien va a ir a coprobar si como se asegura se trató de una fuga por robo del combustible o por el mal estado y falta de mantenimiento en las instalaciones?
Por lo pronto, nuevamente, el norte del estado en la comunidad de El Ídolo vuelve a ser escenario de una fuga de combustible en un oleoducto de Pemex, que aunque se aduce que el derrame es originado por supuestos actos vandálicos al oleoducto de 30 pulgas que corre de Nuevo Teapa a Poza Rica, en el tramo de Poza Rica- Madero, dejó daños por el líquido esparcido en un diámetro mayor a una hectárea en sembradíos de naranja y maíz.
Según versión de los vecinos, la fuerza del chorro de la fuga alcanzó hasta los 60 metros de altura, de tal suerte que el olor a combustible se percibió a 10 kilómetros a la redonda por lo que habitantes de las comunidades de Hidalgo, Rancho 13, Rancho el 35, La Unión y Jardín Viejo fueron evacuados, entre ellas 37, incluyendo a once menores que se trasladaron al albergue de Pueblo Nuevo.
Sin embargo, el temor y la zozobra en que viven miles de familias de veracruzanos asentadas en las proximidades de los oleoductos de PEMEX obligan a que más que medidas de reparación de daños, se tiene que actuar con mayor eficacia para evitar nuevas fugas y derrames de hidrocarburos.
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