martes, 29 de julio de 2025

Francisco Beverido Duhalt: El último acto de un titán del teatro

 

Por Miguel Ángel Cristiani

En un país donde la cultura es relegada con frecuencia a los márgenes del presupuesto y del discurso oficial, la muerte de Francisco Beverido Duhalt no es solo la pérdida de un hombre, sino el cierre de una época. Ha muerto uno de los más sólidos constructores del teatro universitario en México. Su fallecimiento no es una nota para el obituario; es un llamado a la memoria crítica de lo que hemos sido, de lo que hemos perdido y de lo que todavía podríamos recuperar si decidiéramos tomarnos en serio el arte como una forma de conciencia.

Beverido no fue una figura decorativa, de esas que el poder cultural gusta de exhibir en homenajes tardíos. Fue un formador, un creador, un hombre que apostó por hacer del teatro un espacio vivo, reflexivo y transformador dentro de la Universidad Veracruzana. Su legado no se mide únicamente por las puestas en escena —muchas de ellas memorables—, sino por la solidez institucional que dio al teatro universitario desde que tomó las riendas del entonces Departamento de Teatro, hoy Facultad.

¿Quién en Veracruz no lo recuerda como fundador del Teatro Clásico de Xalapa o como el alma del Centro de Estudios, Creación y Documentación de las Artes? ¿Quién no lo vio al frente de la Organización Teatral de la Universidad Veracruzana (Orteuv), conduciendo con rigor y pasión un proyecto que logró trascender las fronteras estatales?

Francisco Beverido Duhalt no fue un improvisado. Fue un hombre de letras y de escena. Licenciado en Lengua y Literaturas Hispánicas por la UNAM, se formó con rigor en la crítica, la dirección y la dramaturgia. Se codeó con los grandes y no para tomarse la foto, sino para construir conocimiento. Su voz —seca, precisa, a veces áspera— era respetada porque no se prestaba al elogio fácil ni al acomodo institucional. Desde las aulas, los foros y los ensayos, enseñó que el teatro no es entretenimiento banal, sino un acto de pensamiento. Pocos recuerdan ahora que desde 2017 fue declarado con el título de doctor Honoris Causa de la Universidad Veracruzana.

Su muerte nos obliga a volver la mirada a esa extraña paradoja mexicana: la cultura como discurso oficial y, al mismo tiempo, como abandono sistemático. ¿Cuántos Beveridos hacen falta para que se entienda que sin teatro no hay universidad completa, y sin universidad crítica no hay país que se sostenga? Porque el arte no es ornamento: es una forma de resistencia frente al empobrecimiento simbólico que impone el mercado y que perpetúa la política sin alma.

La vida de Beverido fue coherente: no se enriqueció con la cultura, no hizo carrera política, no se vendió como gestor. Fue maestro, director, dramaturgo, editor, pensador. Y como tal debe ser recordado. Pero no basta con la nostalgia ni con los homenajes póstumos: su legado exige continuidad, defensa institucional, inversión pública y conciencia ciudadana.

En estos tiempos de trivialización acelerada, donde se recortan presupuestos culturales con la ligereza con que se cambia de canal, la partida de Beverido adquiere una dimensión política. Porque su vida encarnó esa otra manera de entender la universidad: no como una fábrica de títulos, sino como un espacio de creación crítica. El teatro que él defendía no era para el aplauso complaciente ni para los festivales de selfie. Era —y debe seguir siendo— una trinchera contra la ignorancia.

Francisco Beverido Duhalt ha muerto. Pero su obra permanece como desafío. ¿Qué haremos con ella? ¿La reduciremos a una placa más en un muro de reconocimientos inertes? ¿O tendremos la decencia de continuar la lucha por un teatro vivo, universitario, crítico y comprometido? Si algo nos enseñó Beverido, es que el arte no tiene por qué pedir permiso para existir. Pero sí exige memoria, dignidad y responsabilidad.

Esa es, acaso, la última lección de su teatro. Y la primera que deberíamos volver a aprender.

 

 

martes, 22 de julio de 2025

Sobre las Nuevas Tarifas de Taxis en Veracruz

 

Por Miguel Ángel Cristiani

·       La falta de una política pública efectiva en el sector del transporte

·       Los usuarios tienen derecho a un transporte accesible

·       Se requiere establecer un diálogo abierto que incluya a todos

La reciente aprobación de nuevas tarifas de taxis en el estado de Veracruz ha suscitado una serie de reacciones que van desde la indignación hasta el alivio. ¿Estamos ante un avance que busca regular y dignificar el servicio público, o es simplemente una medida más que perpetúa la desigualdad y el descontento social?

Desde la perspectiva de Pancho López el filósofo ateniense xalapeño, que ha vivido las vicisitudes del transporte en esta entidad, es imperativo analizar estas tarifas no solo como un ajuste económico, sino como un síntoma de un problema más profundo: la falta de una política pública efectiva en el sector del transporte. La nueva tarifa, que incrementa en un 20% el costo de los viajes, se justifica por la necesidad de compensar el alza en los precios de los combustibles y el mantenimiento de los vehículos que se ha mantenido durante muchos años. Sin embargo, esta justificación carece de un contexto más amplio que examine la precariedad laboral de los conductores y la situación económica de los usuarios.

La población, en su mayoría de clase trabajadora, enfrenta un constante dilema: la necesidad de transporte asequible se enfrenta a una realidad de tarifas que cada vez son más difíciles de sostener. Según datos del INEGI, más del 40% de la población veracruzana vive en condiciones de pobreza. En este sentido, el aumento de tarifas no solo afecta el bolsillo, sino que también repercute en la calidad de vida y en la movilidad social.

Las tarifas de taxis, en este contexto, deben ser entendidas como un elemento crucial en la estructura social. Si bien es cierto que los taxistas merecen un ingreso justo, también lo es que los usuarios tienen derecho a un transporte accesible. Aquí surge la necesidad de un equilibrio que, hasta ahora, ha sido esquivo.

¿El cambio en las tarifas ha sido consultado adecuadamente con los usuarios.? La Ley de Transporte del Estado de Veracruz establece que cualquier modificación debe ser discutida en foros abiertos a la ciudadanía. Sin embargo, este proceso ha sido opacado por la falta de transparencia y de un diálogo verdadero entre autoridades y ciudadanos. La participación activa de la sociedad civil es fundamental en este tipo de decisiones, pues no se trata solo de ajustar precios, sino de construir un sistema de transporte que funcione para todos.

Los antecedentes de conflictos entre taxistas y servicios de transporte alternativo como Uber o Didi también son relevantes. Al aumentar las tarifas, se corre el riesgo de que los usuarios opten por plataformas más accesibles, lo que podría generar un efecto colateral negativo en la economía local y en el empleo de los taxistas tradicionales.

Se requiere establecer un diálogo abierto que incluya a todos los actores involucrados: taxistas, usuarios, y expertos en transporte. Además, es crucial que se implementen políticas que promuevan alternativas de movilidad y que garanticen un ingreso justo a quienes prestan este servicio. Las tarifas no deben ser solo un incremento, sino parte de un sistema que busque la equidad y la justicia social.

Ya se ha anunciado una modernización de los camiones urbanos para este mismo año en Xalapa, pero que hay con los taxis, con el servicio de combis colectivas, con las nuevas y más amplias rutas de transporte.

¿Dónde están los taxímetros? ¿Dónde está la capacitación para los conductores? ¿Dónde están los criterios técnicos que sustenten que ese aumento es justo y proporcional? La respuesta es sencilla: no existen. La tarifa sube, pero la calidad no mejora. Y mientras tanto, los usuarios siguen sujetos al humor, la discrecionalidad o la necesidad del conductor de turno. En ciudades como Xalapa o Veracruz puerto, el usuario tiene que “negociar” el precio antes de abordar, como si se tratara de un mercado informal, no de un servicio público.

Y el problema no es nuevo. En Veracruz, el transporte público ha sido históricamente rehén de intereses políticos, de concesiones entregadas como favores, de liderazgos que operan como cárteles económicos disfrazados de sindicatos. Cada sexenio promete “ordenar el transporte”, pero ninguno lo cumple. La anarquía conviene a muchos… menos al ciudadano.

Las tarifas podrían subir mil veces y el problema seguiría siendo el mismo: la falta de reglas, de controles, de visión a largo plazo. Un sistema de transporte moderno no solo se mide por cuánto cuesta, sino por cuán seguro, eficiente y transparente es. Y en eso, Veracruz sigue reprobado.

Es tiempo de hacer las cosas de otra forma. No se trata de castigar al taxista, sino de integrar al sistema. Se necesita formalización, fiscalización y justicia tarifaria para ambos lados. La autoridad debe dejar de ser rehén del sector y empezar a gobernar en serio: con datos, con diagnósticos, con decisión.

Porque si el transporte público no sirve a la ciudadanía, ¿entonces para quién sirve?

Los veracruzanos merecen un transporte digno, accesible y confiable. Subir la tarifa sin subir la calidad es perpetuar el abuso. Y ya es hora de bajarse de ese taxi.

Las nuevas tarifas de taxis en Veracruz son un llamado a la reflexión sobre cómo se gestionan los servicios públicos en nuestro estado. La responsabilidad cívica no solo recae en los gobernantes, sino en cada uno de nosotros, que debemos exigir un transporte digno, accesible y justo. La verdadera transformación social comienza con el cuestionamiento y la participación activa en las decisiones que nos afectan.

 

 

viernes, 18 de julio de 2025

¿SEV Falla Tecnología o incompetencia digital?


Por Miguel Ángel Cristiani

Una vez más, se le agrega otra rayita al tigre, la modernización tecnológica vuelve a quedar en entredicho. La reciente falla en la plataforma de la Secretaría de Educación de Veracruz (SEV) para la consulta de calificaciones no es un incidente aislado, sino la síntesis de una administración pública atrapada entre el discurso de la innovación y la realidad de su precariedad operativa.

Miles de maestros, padres de familia, docentes y alumnos se toparon esta semana con una escena repetida y vergonzosa: el sistema de captura y consulta de boletas escolares simplemente no funcionó. Se cayó. Colapsó. Se bloqueó. Llámese como se quiera, el hecho es que en pleno siglo XXI, cuando hasta los bancos operan en tiempo real y los niños usan tabletas desde preescolar, la SEV no pudo garantizar un proceso tan básico como consultar las calificaciones del ciclo escolar.

Ese procedimiento no es una invención de la 4T, se realiza todos los años, solo que ahora es la primera vez que le toca a las nuevas autoridades de la secretaría, que se supone le debe de estar ayudando mucho a la gobernadora en la solución de problemas, aunque hasta ahora han sido solo dolores de cabeza.

Acaso hubo cambio de servidores, los nuevos equipos no tienen la capacidad para procesar esos volúmenes de información, o alguien se benefició con nuevos contratos.

¿Y por qué debería importarnos? Porque detrás del discurso rimbombante sobre digitalización educativa, hay dinero público, hay compromisos incumplidos y, sobre todo, hay derechos vulnerados. Lo que falló no fue solo un servidor o una base de datos: falló la promesa de un sistema educativo mínimamente funcional.

Esa recomendación de que los maestros y maestras se pusieran a cargar la información de las boletas de sus alumnos en la madrugada, es una reverenda…ocurrencia.

Por eso lo ocurrido no se puede despachar como una “intermitencia técnica”. Estamos hablando del cierre de un ciclo escolar que impacta directamente a más de un millón de estudiantes de nivel básico en el estado. ¿Cómo se puede justificar que, en la semana de clausuras y entrega de boletas, no haya previsión técnica para soportar la demanda?

La respuesta no está en el manual de informática, sino en la falta de planeación institucional, en la ausencia de responsabilidad jerárquica y en el desinterés absoluto por la experiencia del usuario final: padres, madres, maestros y alumnos.

Esta no es la primera vez que los sistemas digitales del gobierno estatal fallan en momentos críticos. Ya lo hemos visto con las plataformas de inscripción, con el sistema de becas, con la consulta de actas o incluso en los portales para trámites básicos. En todos los casos, la constante es la misma: se abren sistemas con bombo y platillo, se presume modernidad en los medios, pero a la hora de la verdad, el usuario enfrenta pantallas congeladas, errores 404 y servidores caídos.

Hasta el cierre de esta columna, ningún funcionario de alto nivel en la SEV ha dado la cara. Nadie ha ofrecido una disculpa pública, y mucho menos se ha anunciado alguna investigación o sanción. Eso, en cualquier otro país con un mínimo de estándares institucionales, sería motivo de renuncia o al menos de comparecencia pública. En Veracruz, se vuelve parte del paisaje burocrático: fallar, ocultar, minimizar y esperar que el escándalo se diluya en la siguiente semana.

O peor aún, se pretende hacer recaer la culpa en los docentes, quienes tienen que improvisar formatos, reprogramar entregas y dar la cara ante los padres. Una vez más, el magisterio termina resolviendo con buena voluntad lo que las autoridades educativas no supieron prever.

La educación digital no se resuelve con discursos ni con páginas web mal diseñadas. Requiere inversión real, experiencia, capacitación técnica, mantenimiento constante y protocolos de contingencia. La pregunta que debemos hacernos es: ¿cuánto se ha gastado en estos sistemas fallidos?, ¿quién los contrató?, ¿qué empresa fue la responsable?, ¿hubo licitaciones transparentes?

La SEV está obligada a responder. No basta con restablecer el sistema y fingir que nada pasó. Se deben rendir cuentas. La transparencia digital no solo se mide en plataformas accesibles, sino en la claridad de los contratos, en la rendición de cuentas y en la capacidad de asumir responsabilidades.

En última instancia, lo que está en juego es la confianza en el sistema educativo. Si ni siquiera puede garantizar que los alumnos conozcan sus calificaciones a tiempo, ¿qué podemos esperar en términos de calidad, equidad o inclusión?

Este episodio no debe quedar en el olvido ni como una anécdota más del anecdotario trágico de la administración pública. Es momento de que la sociedad civil, los medios y los propios trabajadores de la educación exijan una revisión profunda del modelo digital de la SEV. La tecnología debe servir a las personas, no humillarlas.

Porque detrás de cada “fallo del sistema” hay un estudiante frustrado, un padre desinformado y un maestro rebasado. Y eso, señores funcionarios, no es un error técnico. Es una falta de respeto. Y una muestra más de que el rezago educativo también se escribe en ceros y unos.

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jueves, 10 de julio de 2025

El Festival Internacional de Boleros Armando Manzanero

  


·    ¿Debió ser un Homenaje al veracruzano Agustín Lara?

·       Armando Manzanero y Agustín Lara son pilares de la canción

·       ¿Por qué no un festival que combine ambos legados?

Por Miguel Ángel Cristiani G.

Este jueves comienza en el puerto de Veracruz y en Tlacotalpan -la tierra de Agustín Lara- el llamado Primer Festival Internacional de Bolero Armando Manzanero, aunque Pancho López el filósofo ateniense xalapeño se pregunta si no hubiera sido mejor homenajear en esta primera versión al Flaco de Oro jarocho.

Nadie puede negar y poner en duda los méritos del maestro Armando Manzanero, pero la verdad es que los veracruzanos tenemos al maestro Agustín Lara, quien también encabezó toda una época del bolero en nuestro país y a nivel internacional.

El Festival Internacional Armando Manzanero 2025, que se celebrará por primera vez en el Estado de Veracruz, está generando una gran expectativa. Sin embargo, muchos se preguntan: ¿Qué no debería este evento haber sido un homenaje a Agustín Lara? Ambos son íconos de la música romántica mexicana, pero sus legados son distintos y merecen una celebración única.

Agustín Lara y Armando Manzanero son pilares de la canción mexicana. Lara, conocido como "El Poeta de la Canción", dejó una obra poética y melódica que ha trascendido fronteras. Sus temas, como "Solamente Una Vez" y "María Bonita", son clásicos que evocan nostalgia. Por otro lado, Manzanero, con su estilo romántico y contemporáneo, supo conectar con nuevas generaciones a través de canciones como "Contigo Aprendí" y "Esta Tarde Vi Llover".

Ambos compositores han logrado que sus melodías se conviertan en himnos de amor y desamor. La pregunta es, ¿por qué no un festival que combine ambos legados? Un evento que rinda tributo a la música romántica en su totalidad podría atraer a un público más amplio y celebrar la riqueza de la tradición musical mexicana.

Una Oportunidad Perdida

El Festival Internacional Armando Manzanero, aunque es un homenaje digno, podría haber sido una plataforma ideal para fusionar las obras de estos dos gigantes. Imagina una noche en la que se interpreten las canciones de ambos, donde artistas de diferentes géneros rindan tributo a la música que ha marcado generaciones. Esto no solo enriquecería el festival, sino que también fomentaría un diálogo entre dos estilos que, aunque diferentes, comparten la misma esencia.

Un Enfoque Inclusivo

El festival tiene la oportunidad de ser inclusivo, no solo en términos de géneros musicales, sino también en la representación de artistas. Invitar a cantantes que interpretan tanto a Manzanero como a Lara podría ofrecer una experiencia diversa. La inclusión de nuevos talentos que puedan aportar su propia visión a estas obras clásicas también enriquecería la propuesta.

Además, las actividades complementarias, como talleres de composición y charlas sobre el impacto de ambos compositores, podrían atraer a un público más joven, interesado en conocer más sobre la historia de la música romántica en México.

La Gastronomía como Aliada

La gastronomía yucateca es otro de los grandes atractivos del festival. Pero, ¿por qué no incluir platillos que representen también a la región donde Lara dejó su huella? La fusión de sabores y melodías podría crear una experiencia sensorial inolvidable. Desde la cochinita pibil hasta los mariscos frescos, la comida también podría rendir homenaje a la riqueza cultural que ambos artistas representan.

Quienes vayan a Tlacotalan, podrían visitar también la Casa Museo de Agustín Lara en donde pueden apreciar parte de su historia, con los objetos que le pertenecieron en vida.

El Festival Internacional Armando Manzanero 2025 es una gran oportunidad para celebrar la música romántica. Sin embargo, la idea de que debería haber sido un homenaje a Agustín Lara plantea una reflexión interesante sobre cómo se pueden unir legados. Un festival que combine las obras de Manzanero y Lara podría no solo rendir homenaje a estos íconos, sino también contribuir a la evolución de la música romántica en México. La música, al final, es un lenguaje que une, y un homenaje conjunto podría resonar en los corazones de muchos. ¡Esperemos que futuros festivales tomen nota!

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viernes, 4 de julio de 2025

El Ilegal Madruguete en el Poder Judicial

·       Se planea nombrar indebidamente a los integrantes del órgano de administración

·       La responsabilidad de nombrar a los integrantes del órgano de administración recae en los magistrados electos

·       ¿Ahora también se pasarán por alto las reformas judiciales?

Por Miguel Ángel Cristiani G.

En el intrincado laberinto del Poder Judicial de Veracruz, se han encendido las alarmas. Un reciente "madruguete" ha sacudido los cimientos del Tribunal Superior de Justicia. La noticia se esparce como pólvora: se planea nombrar indebidamente a los integrantes del órgano de administración. ¿Qué está ocurriendo realmente?

Un aviso sospechoso

Ayer, Gerardo Escobedo García, un incondicional de Lisbeth Aurelia, notificó la convocación a una sesión de pleno. A simple vista, parecía un encuentro rutinario, con asuntos trivialmente enlistados y un cumplimiento de amparo. Pero, como bien dice el refrán, "el diablo está en los detalles". Tras los muros del tribunal, circula el rumor de que este pleno esconde un verdadero propósito: nombrar a los integrantes del órgano de administración.

La letra de la ley

La nueva Ley Orgánica del Poder Judicial es clara. La responsabilidad de nombrar a los tres integrantes del órgano de administración recae en los magistrados electos, quienes tomarán protesta el 1 de septiembre. Sin embargo, parece que algunos prefieren saltarse las reglas. ¿Acaso no saben leer? O simplemente están dispuestos a ignorar lo que les conviene.

El apetito del poder

Lisbeth Aurelia y sus aliados parecen querer seguir "sirviéndose con la cuchara grande". Imponer a sus allegados en el órgano que manejará el dinero y el personal del Poder Judicial es un movimiento audaz. Pero, ¿qué intentan ocultar? ¿A quién intentan proteger? La Gobernadora, Cuitláhuac García, parece ajena a lo que sucede en este "nido de...". Es momento de que tome cartas en el asunto.

Una crisis de credibilidad

La situación es alarmante. No solo se suma la caída del sistema electoral, sino también la incertidumbre sobre quién presidirá el Poder Judicial. ¿Ahora también se pasarán por alto las reformas judiciales? Veracruz se encuentra en una encrucijada, donde la ineficiencia y la ineptitud de las autoridades nos hacen quedar en ridículo.

Un llamado a la Gobernadora

El clamor es claro: ¡Gobernadora, ponga orden! La ciudadanía exige transparencia y respeto a las instituciones. La falta de claridad en el proceso electoral judicial solo mancha más un sistema que ya de por sí se encuentra en entredicho.

La vigilancia del Tribunal de Disciplina

Es importante recordar que el Tribunal de Disciplina tiene la facultad de revisar la actuación de los magistrados y jueces. ¿Podría ser esta la primera tarea del nuevo Tribunal? O, peor aún, ¿será una artimaña de Jiménez Aguirre para deshacerse de aquellos magistrados que aún son independientes? Las incógnitas crecen.

Veracruz se enfrenta a un momento crucial. La corrupción y el abuso de poder amenazan la integridad del sistema judicial. Es fundamental que se respete la ley y se trabaje por un Poder Judicial que realmente sirva al interés público. La ciudadanía debe estar atenta y exigir cuentas. No se trata solo de un "madruguete" más; estamos hablando del futuro de la justicia en el estado. Que alguien ponga orden en Veracruz, porque el tiempo de los madrugones y las artimañas debería haber quedado atrás.

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martes, 1 de julio de 2025

La Nueva Ley de Censura

 

·       ¿Una Amenaza a la Libertad de Expresión?

·       Cualquier cuenta podría ser considerada "peligrosa”

·       El futuro de nuestra voz depende de nuestra capacidad para actuar en el presente

Por Miguel Ángel Cristiani G.

La reciente aprobación de la reforma por parte de los partidos Morena, PT y PVEM ha encendido una alarma entre aquellos que valoran la libertad de expresión en México. La creación de la nueva Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones trae consigo facultades alarmantes, que permiten la intervención en plataformas digitales sin necesidad de una orden judicial. ¿Suena ambiguo? Es porque lo es.

Esta reforma no solo afecta a los grandes medios de comunicación; cualquier cuenta podría ser considerada "peligrosa" si expresa opiniones incómodas. La vaguedad de los términos utilizados en esta ley abre la puerta a la censura. No hay criterios claros sobre qué constituye una amenaza a la “seguridad nacional” o al “bienestar social”. En este nuevo marco legal, el poder se concentra sin contrapesos reales, lo que genera un caldo de cultivo para el abuso.

¿Quiénes Pueden Estar en la Mira?

La lista de quienes podrían ser afectados es extensa y preocupante:

  • Periodismo independiente: Aquellos que buscan informar sin agenda política.
  • Cuentas políticas incómodas: Usuarios que critican al sistema.
  • Defensores de ideologías alternativas: Grupos que abogan por visiones no hegemónicas sobre género y identidad.
  • Canales alternativos: Desde los conservadores hasta los libertarios, cualquier voz que se atreva a cuestionar la narrativa oficial.
  • Comedia política y sátira: Espacios que, a través del humor, critican a la autoridad.
  • Gente común: Aquellos que simplemente expresan verdades que podrían incomodar a los poderosos.

Para muchos, la mentalidad "si no haces nada malo, no te pasa nada" puede parecer un refugio seguro. Pero, ¿realmente entendemos las implicaciones de esta postura? La historia está llena de ejemplos en los que el poder ha silenciado voces disidentes. Alguna vez, todos hemos estado a favor de un partido o hemos criticado al gobierno. La diferencia radica en el momento en que decidimos alzar la voz. En ese instante, podríamos descubrir que ya no tenemos la libertad de hacerlo.

La verdadera peligrosidad de esta ley no radica solo en la censura explícita, sino en la autocensura que puede surgir de ella. El miedo a incomodar a quien tiene el poder puede llevar a muchos a callar, a reprimir sus opiniones y a conformarse con la narrativa dominante. Así, la libertad de expresión se transforma en una ilusión.

Este no es un llamado a la paranoia, sino a la reflexión. La aprobación de esta reforma es un hecho y estamos ante un nuevo terreno legal. Es fundamental que la ciudadanía esté consciente de las implicaciones que esto conlleva. La falta de claridad en los criterios de intervención y la ausencia de contrapesos son motivos suficientes para estar en alerta.

La libertad de expresión no debe ser un privilegio reservado para unos pocos. Debe ser un derecho garantizado para todos, independientemente de su opinión política o ideológica. La lucha por este derecho es, en esencia, una lucha por la democracia misma.

La nueva Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones representa un cambio significativo en el panorama político y social de México. Es crucial que los ciudadanos se mantengan informados y participen activamente en la defensa de sus derechos.

La libertad de expresión es un pilar fundamental en cualquier sociedad democrática. No permitamos que se erosione bajo la sombra del miedo y la censura. El futuro de nuestra voz depende de nuestra capacidad para actuar en el presente.

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