Estamos a poco menos de dos semanas, de que el gobernador del estado de
Veracruz, Javier Duarte de Ochoa rinda lo que será su segundo informe de
labores, el próximo jueves 15 de noviembre, ante el Congreso del Estado, en
donde deberá dar a conocer en detalle los avances de su administración.
Resultará interesante conocer los números y cifras con los que se pretenderá
convencer a los veracruzanos de que en los últimos dos años, de la actual
administración gubernamental, se ha conseguido ir hacia “Adelante”.
Porque ese es el título que se dio al principal programa de gobierno, que
fue presentado el 12 de mayo pero del 2011, en un evento masivo en la capital
del estado, con bombo y platillos, apoyado por una intensa campaña de
publicidad en prácticamente todos los medios de comunicación, televisión,
impresos, radio y espectaculares dieron cuenta del programa que sería la
columna vertebral de la administración.
A dos años de distancia, es tiempo de hacer evaluaciones de lo anunciado,
para ver que tanto se ha logrado cumplir con todo lo prometido.
Hay que recordar que en ese entonces, se dijo que el programa
"Adelante" “pretende abatir la pobreza de un millón 400 mil
veracruzanos, a través de acciones concretas y focalizadas, como erradicar en
100 por ciento las viviendas con piso de tierra, construir 200 mil viviendas
dignas en los 15 municipios marginados del Estado y mejorar los indicadores
sociales de 37 municipios de mayor pobreza de la Entidad” aseguró el gobernador
Javier Duarte de Ochoa.
Se anunció al programa Adelante como “una estrategia de trabajo que a
través de 300 subprogramas atenderá los rubros más importantes del desarrollo
humano: salud, educación, alimentación, servicios básicos y acciones de mejora
para procurar una vivienda digna.
Por lo que ahora es momento oportuno, más allá de las cifras alegres que
suelen enmarcar los informes de gobierno, contrastar con la realidad de los
hechos que viven los veracruzanos, hasta donde se ha avanzado hacia adelante,
porque en muchos de los rubros se tiene la impresión de que no solo no se han
mantenido iguales sino que ha habido disminuciones, debido entre otras
cuestiones, a la falta de recursos para apoyar esos programas.
Porque desde su origen, se presentó el programa como un ejercicio en
materia de política social compartido, entre el gobierno y los beneficiarios,
pero si el gobierno no ha dado los apoyos, mucho menos quienes deberían
aplicarlos han podido hacer su parte.
En la presentación de Adelante se dijo que una de las características del
programa es que es “complementaria” ya que se pretendía la suma de esfuerzos,
recursos, voluntades y capacidades de los diferentes órdenes de gobierno, de
las organizaciones de la sociedad civil y de la iniciativa privada.
Es decir, que se pretendía que no solo el gobierno hiciera su trabajo, sino
que también las organizaciones de la sociedad civil y hasta la iniciativa
privada tomaran parte de las acciones para combatir la pobreza de los
veracruzanos.
La segunda característica es que es focalizado, porque aplica acciones
gubernamentales dirigidas a localidades y personas que presentan mayores carencias
y rezago social.
Habría que preguntarle a los habitantes de esas localidades con mayores
carencias, en qué medida y hasta donde se les ha apoyado en la realidad y no
solo en el papel y las cifras.
El tercer rasgo de “Adelante” se dijo es que es transversal, porque a
través del trabajo coordinado de instituciones, estrategias, diagnósticos y
acciones incorporadas a objetivos comunes del desarrollo social, y acordes con
cada región económica del Estado.
Efectivamente, a cada una de las principales dependencias del estado, se le
asignó y encargó específicamente trabajar en esas comunidades, pero habría que
contrastar hasta donde se avanzó en esos propósitos.
El cuarto punto es por sustentable, pues se basa en el respeto, cuidado y
preservación de los recursos naturales y el desarrollo de las actividades
productivas.
El quinto elemento es por solidario, ya que la sociedad civil aporta en
favor de la lucha contra la pobreza que nos lastima a todos.
Ante la incapacidad del gobierno para dar respuesta a lo que es su
obligación, se recurre cada vez más con mayor frecuencia a pedir a la sociedad
civil que aporte a favor no solo a favor de los pobres, sino también de quienes
se encuentran en una situación de desgracia temporal, como ocurre con los
huracanes y otros fenómenos naturales, en que los apoyos más importantes son de
la ciudadanía que aporta recursos que deberían ser brindados por las
autoridades.
La sexta característica es que es transparente, pues los apoyos estarán
abiertos al escrutinio público y se informará puntualmente de los recursos,
avances y resultados.
Respecto de esta sexta “característica” del programa Adelante, como diría
don Pedro Ferriz “no sabemos si ponernos a llorar o reír”, porque francamente
es la mayor tomada de pelo que pueda existir, pues esa información “puntual de
los recursos, avances y resultados” solamente los conocen los encargados de
elaborarlas, pero en ninguna página del gobierno están disponibles.
El séptimo elemento y uno de los más importantes es la característica de
corresponsable, porque los beneficiarios de los programas serán los
protagonistas de su propio desarrollo.
Con ello nadie se puede llamar engañado, porque claramente se dijo que los
beneficiarios serían los protagonistas de su propio desarrollo, pero si no se
les brindan los apoyos materiales necesarios por parte de gobierno, aunque la
gente quiera hacer las cosas, sino tiene con qué, pues cual desarrollo, se
queda en puro rollo.
Habrá que ver si de los 155 municipios que encabezan la lista de los más
rezagados del país, dentro de los que se encuentran 15 veracruzanos, cuantos
han sido dados de baja de esa relación, gracias al programa Adelante.
También si son menos los 3 millones de personas que no son derechohabientes
a la seguridad social y 620 mil continúan sin saber leer ni escribir.
En qué medida se restaron a los 468 mil hogares que carecen de servicio de
agua y 310 mil que no cuentan con drenaje; 62 mil casas que no tienen energía
eléctrica y 232 mil que continúan con piso de tierra.
Cuántos de los más de un millón 400 mil veracruzanos viven en pobreza
extrema; la mayoría de ellos de pueblos indígenas, en donde las cifras del
rezago se hacen más evidentes, han abandonado esa condición de pobres.
Habrá que esperar entonces, unos cuantos días, para conocer en el Segundo
Informe de Gobierno, las cifras alegres y el canto de las sirenas, que
pretendan convencer de que los veracruzanos vamos hacia adelante y no al
contrario.
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