· U na señal de alarma grave en la Universidad Veracruzana · Debiera funcionar como contrapeso académico y garante de la autonomía · La comunidad universitaria merece saber qué pasa en sus órganos de gobierno Por Miguel Ángel Cristiani G. Renunciar no siempre es huir. A veces, es el último acto de dignidad. Y cuando quien dimite es una académica de sólida trayectoria, como la doctora Haydee Zizumbo Ramírez, integrante de la Junta de Gobierno de la Universidad Veracruzana, el hecho exige no el habitual silencio institucional, sino una explicación pública, honesta y oportuna. Porque lo que está en juego no es una silla vacía, sino la legitimidad de uno de los órganos clave en la vida universitaria. No se trata de una dimisión cualquiera. La doctora Zizumbo no es una figura decorativa. Su renuncia, sorpresiva y sin mayores declaraciones, ocurre en un m...
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