Por Miguel Angel Cristiani G.
Aunque en primera instancia pudiera parecer hasta grosero,
el título de esta columna, lo cierto es que no es así, porque si analizamos con
detalle el verbo chingar posiblemente sea la palabra más utilizada por los
mexicanos.
Porque además, el señor Trump fue el que comenzó a insultar
a los mexicanos, a quienes nos ha llamado flojos, delincuentes, violentos,
traficantes de drogas, rateros y quien sabe cuántas otras cosas más, así que
como diría Pancho López el filósofo de mi pueblo: el que se lleva se aguanta.
Hasta ahora no hemos visto en ninguna de las imágenes de las
manifestaciones que han pasado en la televisión o las fotos de las protestas,
ninguna pancarta en la que se utilice esa frase, que en nuestra humilde opinión
debería de haber sido la más utilizada.
Tampoco hemos visto en las redes sociales ni en twitter ni
en el Facebook que se haga viral la leyenda #chingatumurotrump.
Para los puristas del lenguaje, tendremos que recurrir a la
Real Academia de la Lengua Española que define el verbo chingar como:
importunar, molestar a alguien.
Se supone que eso es lo que pretendemos lograr con el hastak
#chingatumurotrump, molestar a quien se ha dedicado a denostar e insultar a los
mexicanos.
Este fin de semana, en las redes sociales se estuvieron
utilizando como imagen de identificación la bandera nacional de México, pero
como son los mismos colores del PRI, se sugirió cambiarla simplemente por el
escudo nacional del águila devorando una serpiente.
Sin lugar a dudas, que el verbo más utilizado en México es
la palabra chingar.
Se utiliza como sinónimo de tomar cuando decimos vamos a
chingarnos unas cervezas.
Vamos a chingarnos-comernos unos tacos.
Le encanta chingar-molestar a su hermana.
A la vecina ya se la chingaron-tener relaciones sexuales.
Cortarle la cola a un animal: chingar la cola al perro.
Y así son miles las expresiones que usamos a diario los
mexicanos en el llamado lenguaje coloquial.
Es más, existe un diccionario dedicado a recabar todas las
expresiones del verbo más utilizado que se llama El chingonario, que por cierto
está agotada la edición, en donde se podrá encontrar, en orden alfabético,
palabras y expresiones derivadas del mismo, así como su definición y nuevas
invenciones con las que puede jugar.
Además, cada definición se acompaña de ejemplos en los que,
si bien, cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia, seguramente,
se podrá identificar con muchas de éstas o usarlas en el momento más
pertinente.
Desde el siglo pasado y a lo largo de toda la región
mexicana se han usado derivados esta palabra como parte del vocabulario diario.
Nosotros podemos presumir de dominar a la perfección la
conjugación del verbo “chingar”, así como las diferentes maneras de llegar a
“la chingada” y las diferentes situaciones en las que uno se dice “chingón”,
pero de lo que no podemos jactarnos es de conocer todas las aplicaciones del
mismo.
Luego entonces, aunque en primera lectura pudiera parecer
insultante, la verdad es que no es tanto, cuando decimos #chingatumurotrump.
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